Historia

Arquitecto

CRISTOBAL CRAVERO

ARTE, ARQUITECTURA Y DISEÑO

 

COSAS DE NIÑOS

Una Historia de Arte, Arquitectura y Diseño que comienza en el patio de una casa en la ciudad de Morteros. Un lugar que me dio la libertad de compartir con mis hermanos y amigos todo tipo de juegos. La mayoría de estos relacionados con las aventuras que todo niño vive dentro suyo y que no son más que las ganas de armar algo, las ansias de darle techo a un par de palos y ladrillos puestos bajo un árbol o de armar alguna casa para algún muñequito, un estacionamiento para un auto de juguete y hasta quizás un castillo para algún guerrero de plástico. Buscar algunos troncos y lonas para armar algún techo improvisado o buscar alguna tabla vieja de madera que se convertiría automáticamente en el parquet de aquel espacio en el patio convertido ya en una choza en la que vivíamos como en un palacio.

Entre los juguetes que llegaban con las navidades y los que armábamos nosotros había siempre Materiales y Herramientas, palas, martillos, pinzas, ladrillos, metales, tornillos, clavos, maderas, sogas, pinturas y cables. Pasábamos tardes enteras armando y desarmando paredes hechas de palos y sogas, techos de tablas de madera, enormes muros de ladrillo que no superaban los sesenta centímetros de altura y haciendo pozos en el patio para armar algo de barro y revocar aquellas estructuras. El mundo del skate, las tablas y los skateparks, el diseño automotriz, la ingeniería que contienen, los modelos, marcas y haber estado trabajando en mi adolescencia rodeado de objetos de diseño ha influido notablemente en mi modo de ver y pensar todo lo que me rodea. Todos y cada uno de mis gustos tuvieron siempre un vínculo con el diseño, la construcción y en el mejor de los casos también con el Arte.

Vivía en cada Obra. Fusionaba la mente con el material y las herramientas, por algunos minutos formaba parte de la pieza trabajada y al final del día me alejaba unos metros y contemplaba lo que horas atrás había sido sólo una idea. Desde lejos, sin contacto con los materiales, seguía formando parte de la obra.

LOS ESPACIOS

Cuatro espacios han determinado mi vida conduciéndola por los caminos que todavía hoy transito, a veces de manera errante y otras como el sol, que puede variar según la estación, pero que tiene por naturaleza una trayectoria marcada.

El patio de mi casa, con los espacios que usábamos para construir nuestras chozas, los árboles, la tierra, las piedras, las hojas caídas y esa sensación de libertad y de inmensidad que me despertaba a la mañana temprano invitándome a respirar un buen aire motivador para jugar y armar algo único.

El salón de Oscar, donde todos los materiales y herramientas se concatenaban para que mis ideas se hagan realidad. La morsa, los bancos de trabajo, los tarritos de vidrio con tornillos y clavos, los depósitos de madera y los de metal, grandes ensaladeras donde tirábamos las ideas frescas para que se mezclen de la mejor manera. Una verdadera escuela de Artes y Oficios. El lugar donde se encontraba la realidad física.

Mi dormitorio, el cual compartía con mis hermanos y amigos para jugar e inventar algo los días de frío, los días de lluvia, y quizás también algunos días de sol radiante que dejábamos escapar por el entusiasmo de querer hacer otras cosas bajo techo. En mi dormitorio he pasado largas horas leyendo todo tipo de libros, buscando ideas nuevas y otras viejas que por la calidad de sus autores no dejaron nunca de pertenecer a este tiempo y se convierten en clásicos. Lugar donde estudiaba y escribía. El dormitorio fue la cuna de mis sueños, de mis aspiraciones, es el lugar donde decidí que quería ser y que quería hacer. Forjador de mi personalidad.

El cuarto lugar tuvo una influencia casi subliminal, no lo he habitado ni transitado asiduamente en mi infancia ni en mi adolescencia pero creo que él sí ha transitado en mí de una manera un poco abstracta pero muy profunda, el estudio de Verónica. Es el espacio donde están impresas las ideas, anaqueles llenos de pensamientos rectores que intentan organizar nuestras vidas en base a los valores que la cultura clásica nos ha ido dejando desde hace ya más de dos mil años. Espacio de culto para el pensador y para la pensadora en este caso. Gradualmente, con el pasar de los años, voy sintiendo con mayor intensidad la influencia que tiene aquel bagaje intelectual es mis valores cotidianos y en las aspiraciones más altas que tengo y que me motivan.

ARQUITECTURA

Los seis años y medio dentro de la facultad me enseñaron que cualquier obra que uno comience debe tener un concepto claro. Aprendí a trabajar en grupo junto a grandes personas que ahora veo desenvolverse con amor por su profesión. Aprendí a encauzar el amor por el dibujo, llevarlo desde un lugar casi intuitivo hacia otro más científico o matemático y aprendí a manejar el orgullo y el prejuicio poniendo en tela de juicio muchas de las teorías que llegan en forma de palabras y también en forma de edificios. Construir una obra es construir un criterio, en muchos casos un criterio de vida.

MÚSICA

La inspiración del músico, la composición y los trabajos de grabación y edición capa por capa se asemejan mucho a los de las Artes visuales y me han ayudado a entender y sentirme parte del ambiente de la música. Siendo un gran observador de todo lo que producen las grandes bandas también he entendido la importancia que tiene el diseño en este ambiente.  Hasta el público más purista o minimalista merece encontrarse con un espectáculo completo. El diseño de un espectáculo implica pensar en un escenario, una escenografía, luces y sombras, llenos y vacíos, objetos animados e inanimados. Muchos estilos musicales se han ganado su lugar gracias al diseño. El Rock se ha ganado su lugar no sólo por la conciencia sino por la forma en que se muestra, por los lugares donde se desenvuelve, por la elección de los instrumentos musicales y por el estilo que sus ropas tienen. Los Afiches, los logotipos, los colores y los videos no son más que otra expresión del valor del diseño dentro del ámbito de la música.